Se podría decir que, si la magia negra existe, obviamente tenía que existir su contraparte, y aquí tenemos entonces a la magia blanca.
La magia blanca y la magia negra nacieron a la vez, y como obviamente estarán pensando, si la magia negra tiene como objetivo herir y dañar, pues esta todo lo contrario, tiene como función y objetivo curar, proteger y bendecir.
La magia blanca cree en la fuerza mística y positiva de los elementos para poder eliminar cualquier tipo de energía negativa, maleficios y males de ojo que te rodeen, despejando así tu camino y tu destino para que nada malo se interponga entre ti y lo que deseas.
La práctica de esta magia se podría decir que tiene varios niveles de dificultad, hay hechizos y rituales que puede realizarlos cualquier persona que crea en la magia y la brujería, pero cuanto más poderoso es el hechizo o ritual que se quiere convocar, solo unos pocos son capaces de realizarlos. Estas personas ya son iniciadas en la práctica de esta magia y son llamados como sacerdotes o sacerdotisas.
Se sabe que ya en el Antiguo Egipto y la Antigua Grecia se conocía y se practicaba este tipo de magia, y aún hoy en día sigue estando presente en nuestras vidas, no solo con personas que la practiquen, también se ha ganado un hueco en la literatura y el cine, ejemplos claros son “La Bella Durmiente” y “La Cenicienta”, donde la persona que practica la magia blanca suele ser una persona más bien anciana y que conoce a la que está sufriendo.
Esperamos que os guste la información, y que a partir de ahora creáis en la magia blanca.😊
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