Por si alguien no conoce la historia de los súcubos y los íncubos, en las próximas líneas las contaremos, hablando de su origen y objetivo.
Para quien no conozca el origen de estos míticos seres, han de saber que son parte de la mitología y creencias de la Europa medieval que aún perduran en la Europa actual. Están relacionados con demonios con una sexualidad imponente y un atractivo descomunal que era imposible de rechazar, por esta razón en pleno medievo, los burdeles colocaban una talla con la forma de un súcubo para identificarlos.
El súcubo es un demonio femenino, que se aparecía por las noches a los varones jóvenes y adultos, con el fin de seducirlos para tener relaciones sexuales con ellos y de este modo robarles la sangre y la energía vital, de la cual se alimentaban para vivir. Por otra parte, los íncubos, son demonios masculinos, que tenían como objetivo acostarse con una joven virgen, para intentar concebir un niño con ellas, el cual estaría destinado a guiar a la humanidad hacia la maldad; cabe destacar que el mago más famoso de la historia, Merlín, pudo haber sido el fruto de uno de estos encuentros.
Estos son sus objetivos, pero sobre sus orígenes hay ciertas discrepancias, unos afirman que fue Lilith, la primera esposa de Adán, que rechazó a Dios y se convirtió en un demonio, la que creo a todos los demás súcubos e íncubos, y otros afirman que son simplemente fantasmas creados por nuestras mentes mientras dormimos para explicar las poluciones nocturnas y lo que se ve durante la parálisis del sueño.
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