
No hay hasta ahora explicación razonable ante esta historia, aunque hay muchos escépticos que hablan de que esto se debe a la vibración de la estatua con el vidrio a causa del caminar de los visitantes que acuden al museo pero científicamente se ha probado que esto es imposible ya que el movimiento de la estatua siempre es el mismo siendo un giro completo en su propio eje.
Esta reliquia solo mide 25 centímetros y se cree que una ofrenda al Dios egipcio Osiris, este objeto fue descubierto en una tumba de una momia de 1800 A.C. Los expertos en arqueología dicen que su movimiento podría deberse a energías del antiguo Egipto, donde se creía que si la momia se destruía, la figura podría actuar como recipiente alternativo para el espíritu.
El enigma se hace más fuerte al darse a conocer que la estatuilla solo se mueve por el día, nunca por las noches, con un movimiento casi imperceptible y solo al cabo de las horas es cuando más podremos observar el movimiento de la estatua, otra de las cosas más fascinantes de esta historia es que nadie toca o entra en contacto con la estatua ya que esta herméticamente cerrada en un vitrina.
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