Para este ritual se necesita una piedra, imán y trece hojas de pino. Este ritual es ideal hacerlo en la orilla de un río o cualquier corriente de agua a si, podemos aprovechar toda la energía fluvial que genera el paso del agua.
Atamos las hojas del pino formando un ramito bien compacto, atándolo con un lazo rojo. Con la piedra imán frotamos el ramo de pino durante 10 minutos para a si cargar toda la energía.
Ahora debemos humedecer el ramo y prenderle fuego, veremos que solo se quema un poco del ramo produciendo mucho humo.
Una vez conseguido el humo denso del ramo debemos exponerlo al amuleto en concreto que queremos ritualizar, es decir debemos ahumar el amuleto para consagrarlo en un periodo de cinco minutos. Después frotamos la piedra imán con el propio amuleto ritualizado y a si será consagrado y con ello potenciaremos los poderes mágicos de nuestro amuleto.
Los amuletos consagrados no deben ser nunca prestados, ni lavados ya que perderían toda su magia. Estos tipos de rituales son para que el amuleto este siempre cargado, pero si lo llevas siempre separado de ti se terminan descargando y perdiendo completamente su utilidad.
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