1- No culpar a la otra persona por cómo nos sentimos, debemos hacernos cargos de nuestras propias emociones, en lugar de responsabilizar a nuestra pareja,Y no deberíamos confundir sus emociones con las nuestras. Si nuestra pareja llega a casa y nos grita por una tontería es porque viene con estrés del trabajo, nuestra primera respuesta suele ser tomárnoslo como algo personal y sentirnos agraviados. En lugar de eso, un poco de empatía y preguntar si todo va bien, puede evitar una discusión.
2- No intentar cambiar a la otra persona, tan sólo podemos cambiar nuestras respuestas y comportamientos, eso no nos hace más débiles, ni significa que no podamos pedir lo que queremos o necesitamos.
3- No utilizar la palabra tú, sino la palabra yo, debemos hacernos cargo de nuestros propios sentimientos diciendo yo me siento así cuando haces eso, en lugar de tu me haces sentir así.
4- Eliminar las palabras nunca y siempre, casi siempre son acusatorias, si además señalamos con el dedo nos habremos adentrado definitivamente en el territorio de las culpas. Junto con las culpas vienen las críticas y algo estrechamente relacionado con ellas, el desprecio, un veneno para una relación.
5- No ponerse a la defensiva, es simplemente otra forma de culpar a la otra persona, si decimos no es culpa mía implícitamente estamos diciendo que es culpa suya, intentar ver el punto de vista de la otra persona no es retroceder, es avanzar, no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Hace falta generosidad para ponernos en la piel del otro, y si las relaciones prosperan con cada gesto, conviene alejar de la situación nuestros sentimientos personales y mostrar generosidad.
6- No enfurruñarse o dar evasivas, los hombres son especialmente buenos en esto, por lo general con el pretexto de estar manteniendo la cabeza gacha, el silencio puede ser una forma de castigo, y el rechazo a entablar una conversación hace imposible una reconciliación.
7- No alargar las discusiones, aprender a aceptar una disculpa y a disculparse, no necesariamente por la acción (a veces tenemos motivos para estar enfadados), si no por la situación, siento que hayamos tenido una disputa tan estúpida.
8- No hacer presunciones sobre el comportamiento de otras personas, preguntarnos a nosotros mismos, ¿cómo sé si eso es realmente cierto?, ¿Estoy sobredramatizando la situación?
9- No se controlador, las personas son imperfectas, incluso las que amamos y el control es una forma de juego sucio, si ponemos a alguien en un altar, lo más probable es que se caiga, una estrategia a la que suelen recurrir las parejas es retirar el afecto.
10- Tener buenos modales, no en el sentido de fría cortesía, sino en cuanto a tratar a nuestra pareja como a nuestros mejores amigos, con respeto, cariño y tolerancia. Lo que más llama la atención de los amigos con una buena relación de pareja es que ambos se tratan con consideración, no es fácil pero hay que intentarlo y es que cuando hay buena voluntad siempre hay una vía.
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